El liderazgo es un proceso complejo con retos y recompensas. De hecho, si es tu primer día como líder, puede que tengas sentimientos encontrados. Por un lado, la alegría de lograr la meta o conseguir un ascenso y por otro lado, el miedo a fracasar.
Por eso en este artículo te contaremos cómo ser un buen líder y no fracasar en el intento.
Confianza en ti mismo como la base del liderazgo efectivo
Para tener confianza en ti mismo, debes primero tener confianza en tus ideas y en quien eres. La buena confianza desligada del ego narcisista, proviene de ser una buena persona, y saber transmitir esos valores que te caracterizan y te llevaron a ser un líder o a convertirte en uno.
Enfócate en las cosas buenas de tu personalidad y en tus conocimientos, también conoce tus debilidades para mejorarlas y así llegar a tener más confianza, transmitiendo seguridad a tu equipo de trabajo.
Una de las cosas que puede minar la confianza es cuando te toca liderar a los que antes fueron tus compañeros de trabajo, pero no olvides que estás en tu lugar por mérito y no permitas que el síndrome del impostor dañe tu confianza.
Conoce lo más que puedas de la empresa y tu equipo
Conocer a tu equipo es de las partes más importantes de ser líder, comprender todas las piezas que engranan ese gran mecanismo que tú ahora lideras.
Vuélvete familiar y entiende cada una de las funciones de la empresa, hasta las más pequeñas, puede sonar extremista, pero ser cuidadoso con los detalles y darle valor a cada trabajador es lo que hace a un gran líder, empápate lo más posible de todo lo referente a tu equipo.
Confía en tu nuevo equipo y deja que ellos confíen en ti, esa confianza les brindará más oportunidades de conocer personalmente a cada miembro y saber cuáles miembros funcionan mejor en los distintos roles, aprovechando las fortalezas de cada uno y de este modo como mejorar su creatividad.
Podrás estar seguro de cuáles son las personas que deben quedarse y cuáles son las que deben irse para que todo fluya como una máquina perfecta en tu entorno laboral.
Empápate sobre los procesos internos
Los procesos internos serán la hoja de ruta para la consecución de objetivos y debes estar al tanto de su dinámica, fortalezas, puntos de oportunidad y debilidades.
Hay que conocer lo que tus empleados están haciendo para brindarles retroalimentación o feedback y de esta manera crecer como líder, al tiempo que los ayudas a ellos a crecer en su propio puesto de trabajo.
Para eso vas a necesitar reuniones breves en donde todos sean escuchados, pero no siempre será en estos escenarios donde obtendrás información importante.
Si practicas el arte de observar y escuchar estarás mejor enterado para tomar buenas decisiones.
Inspira y escucha siempre a tu equipo para lograr un liderazgo colaborativo
Para inspirar debes ser personal, honesto y auténtico. Por lo tanto, debes liderar con estilo y con personalidad.
Esto incluye comunicarte con sinceridad en las reuniones públicas y privadas, saber callar y hablar en los momentos adecuados y no ser demasiado lejano o rígido, pero tampoco un blandengue.
Causarás admiración y lograrás inspirar a tu equipo. Vamos, un verdadero proceso de liderazgo enfocado en resultados, con principios y respeto por tus colaboradores.
Es también importante que se note la pasión que sientes por el negocio o el emprendimiento del que formas parte. Esa pasión es lo que te inspira a ser un poco mejor todos los días logrando más ganancias para ti y para todos, siendo optimista acerca del futuro de tu trabajo.